El héroe olvidado

Un ejemplo de la brutal devastación sufrida por la Catedral de Sigüenza durante la guerra civil. Biblioteca Nacional de España
ANTONIO LABRADA, EL GRAN RECONSTRUCTOR

Desde el Hotel Rural & Spa Los Ánades hemos adquirido el compromiso de dar a conocer, a través de este blog, a las personas y los lugares de nuestra área de influencia de los que nadie habla o poco se sabe. Es de justicia, pues, que a una de estas figuras olvidadas, que tanto hizo por el patrimonio arquitectónico y artístico de Guadalajara le dediquemos un breve recuerdo y toda nuestra admiración.

Estamos pensando en el arquitecto seguntino Antonio Labrada Chércoles.

Título de Arquitecto de Antonio Labrada Chércoles. Archivo General de la Administración

Tal y como hemos podido comprobar en el registro civil, Antonio Claudio Narciso Labrada Chércoles nace en Sigüenza el 30 de octubre de 1914. Obtiene el título de arquitecto el 24 de agosto de 1940 e inmediatamente, con poca experiencia pero con nuevas ideas, se hace cargo de la reconstrucción de la devastada catedral de Sigüenza iniciada en 1937 por su maestro y mentor Leopoldo Torres Balbás.

Croquis de los ventanales destruidos en el muro este. Archivo General de la Administración

Esta responsabilidad descomunal, con mínimos recursos, se convierte en toda una odisea para un joven arquitecto que afrontará los problemas estructurales y constructivos de las bóvedas de la “Notre Dame” española en solitario. El templo, protagonista en la Batalla de Sigüenza de 1936, fue devastado por el bando rebelde y bombardeado por la aviación gubernamental, mientras se restauraba, en enero de 1938.

Destrucción de uno de los campanarios de la Catedral de Sigüenza. Biblioteca Nacional de España

Con ideas diferentes a las de su predecesor, restaura e integra a la vez con un gusto exquisito. Propone a la Dirección General de Regiones Devastadas la creación de un taller de artes y oficios a pie de obra con maestros y aprendices. Se rodea de un gran equipo de artistas restauradores como los tallistas, escultores e imagineros Florentino Trapero y Tomás Díez, el escultor Ángel Bayod y el pintor Constantino Casado.

La imponente Catedral de Sigüenza tal y como la conocemos hoy en día

Antes de finalizar la restauración de la catedral se le asigna el proyecto de derribo y desescombro la ciudad de Sigüenza, la reconstrucción de las iglesias románicas de Ntra. Señora de los Llanos en Yela y de San Pedro en Abánades, entre otros proyectos importantes. El historiador Francisco Layna Serrano comenta en su libro la restauración de esta última alabando la intervención de Antonio Labrada en la misma:

“Esta iglesia sufrirá daños importantes durante la guerra civil española de 1936-39, siendo muy bien restaurada por el arquitecto Don Antonio Labrada”.

Plano en el que podemos apreciar los desperfectos sufridos por la Iglesia de San Pedro de Abánades durante la guerra civil. Archivo General de la Administración

La iglesia de San Pedro de Abánades, como ya hemos comentado en otra entrada de este blog, fue devastada al encontrarse entre dos fuegos y, aunque los cultos se realizaban en la ermita de Nuestra Señora de las Mercedes y a pesar de las penurias de posguerra, el pueblo, liderado por su alcalde y el párroco, ofreció dinero y mano de obra para su restauración.

Pórtico románico de la Iglesia de San Pedro de Abánades en la actualidad

Para finalizar, y como homenaje a Antonio Labrada Chércoles, al arquitecto, al artista, al genio humilde y quizá tímido, ya que no se conserva ninguna imagen suya en los archivos estatales, y para constatar y reivindicar la categoría intelectual e histórica de su figura os mostramos un breve texto extraído de la memoria del proyecto de restauración de la iglesia de San Pedro de Abánades:

“Se orienta y sitúa en Abánades su Iglesia Parroquial, con un acento expresivo de su arquitectura y un porte definido en sus trazas que son vida de una época. Perfila en su vista frontal, un pórtico de estilo románico que se remonta al siglo XII y que forma el carácter del conjunto. Actualmente corona una pérdida notable de dominio en su valor, por haber sido objeto de devastación en la pasada guerra de liberación en ánimo de reconstruirla, formar su expresión y dar un escenario de culto continuación del primitivo”.

Vista general de la Iglesia de San Pedro y del cerro de El Castillo, declarado recientemente Bien de Interés Local

Para obtener una información más detallada de las actividades culturales y de turismo histórico que te ofrece la comarca del Alto Tajuña puedes contactar con la Srta. Mayte García Vilches, llamando al teléfono 608 72 05 18.

Una muestra de la documentación consultada para la elaboración de este artículo en el Archivo General de la Administración

Tierra de Leyenda

La Iglesia de San Pedro de Abánades junto al cerro de El Castillo
SAN PEDRO DE ABÁNADES

Atrás quedó Covadonga y mientras el fantástico reino Nazarí permanece perdido en el cálido infinito del sur, Don Gonzalo Núñez de Lara, noble castellano y destacado miembro de la poderosa Casa de Lara, se aventura con sus épicos caballeros en las inhóspitas tierras de la Extremadura castellana rubricando una historia nueva para la cristiandad.

En las tierras altas dibujadas por el río Tajuña y a los pies de un pequeño cerro, el de Lara funda la villa de Abánades, allá por siglo XII, que pasa a formar parte del área de influencia de Medinaceli estando sujeta a su jurisdicción y normas forales. Las obras de la Iglesia de San Pedro, el edificio de mayor envergadura, concluyen a finales del siglo XII y principios del XIII.

Iglesia de San Pedro de Abánades

Se trata en origen de un románico rural muy influenciado por las villas de Sigüenza, Molina y Medinaceli que sigue las pautas de la orden del Císter. Aunque en el siglo XVI ya sufrió una profunda restauración, la nave central y la torre que contemplamos hoy en día fueron reconstruidas al finalizar la guerra civil, ya que la iglesia quedo devastada al encontrarse entre dos fuegos.

Inevitable el cambio en la fisionomía del templo, sin embargo, el arquitecto Don Antonio Labrada, -responsable de la reconstrucción y al que dedicaremos otra entrada del blog por su gran trabajo de recuperación patrimonial en la provincia de Guadalajara- priorizó en su magnífico proyecto de 1944 la recuperación del carácter románico de la iglesia sin restarle funcionalidad al espacio de culto.

Vista del pórtico románico desde el interior
JOYA DEL SIGLO XII

La galería porticada se sitúa sobre el fundamento de buenos sillares y está formada por un arco central de ingreso y tres arcos de medio punto a cada lado, apoyados estos últimos en dobles columnas. Estas galerías daban cobijo y protección a vecinos y peregrinos y, aunque su uso era religioso, en ellas se celebraban también reuniones y celebraciones tanto civiles como religiosas.

La mayoría de los capiteles de las dobles columnas están decorados con hojas y palmetas; alguno es liso, destacando por su originalidad unos curiosos entrelazados finalizados en espirales o volutas.

Detalle de dos de los capiteles más originales del conjunto

La joya de esta iglesia es el baptisterio que está situado en el extremo occidental de la galería, protegido por una verja de hierro. En el muro occidental se abre una hermosa ventana abocinada formada por cuatro arquivoltas lisas de medio punto, que apoyan alternativamente en jambas y columnas y que muestran un tímpano geminado sin parteluz.

Fotografía gentileza de Alfonso Muñoz Grande

A los pies de la ventana se halla la pila bautismal donde, en rito ancestral, los abanadienses han bendecido y acogido siempre a sus nuevos hijos e hijas. La pila está decorada con gruesos gallones bien remarcados. Debido a los fuertes contrastes existentes en este espacio es el lugar ideal para los aficionados a la fotografía ya que el conjunto que forma con la ventana es magnífico.

Detalle de una antigua lápida frente al pórtico de la iglesia

Belleza Interior

Detalle del atril de la ermita
ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES

La localidad de Abánades conserva una joya cultural, orgullo de todos sus habitantes, cuya visita es muy recomendable. No solo por su valor histórico y artístico sino por el encanto y la magia que atesoran sus muros. Se trata de la ermita de Nuestra Señora de las Mercedes.

La ermita de Abánades se encuentra ubicada al sur de la localidad en la falda del cerro del Rondal y aunque en sus orígenes estaba alejada del casco urbano, hoy en día se encuentra completamente integrada en el mismo.

Imagen exterior de la Ermita de Abánades antes de su última restauración

Se trata de un edificio de planta rectangular y un solo cuerpo, construido en el año 1859. La fachada principal presenta un pórtico alzado con dos columnas, portón principal con dos hojas de madera y espadaña con una pequeña campana.

El edificio se encuentra muy bien conservado a pesar de la devastación ocasionada durante la Guerra Civil. En la parte trasera, en un lateral, existe una estancia que hace funciones de sacristía y confesionario.

Interior de la Ermita de Nuestra Señora de Las Mercedes

La ermita es conocida por su techo entrelazado de maderas, recientemente restaurado, y valorada por su belleza, su sencillez, por la armonía de sus líneas y espacios y por la profunda paz que se respira en su interior.

El templo está consagrado a la Virgen de la Merced, de la que ya hemos hablado en otra entrada de este blog. Acompañan a la imagen de la patrona un Cristo yacente, un San Antonio y una enigmática Virgen de la Soledad.

Detalle del crucifijo que está situado sobre el altar
MANOS A LA OBRA

En abril de 2018, los mayordomos entrantes realizaron obras de mejora y acondicionamiento de la ermita, consistentes en una nueva tribuna que emulara la que fuera destruida en la Guerra Civil; total renovación de la instalación eléctrica, incluida la iluminación, así como la climatización del espacio público que ocupan los feligreses; y, aprovechando la circunstancia, la limpieza y pintura del recinto interior y sacristía, así como la implantación de cerrajería exterior en la entrada.

Entrada a la ermita y escaleras de subida a la tribuna o coro

En los trabajos de restauración y acondicionamiento han participado artesanos, carpinteros, cerrajeros, pintores y electricistas de Abánades y de localidades próximas como Cifuentes, Alcolea del Pinar, Guadalajara y Alcalá de Henares.

No queremos despedirnos sin dar las gracias a Pedro Delgado, Marcial Renales y Jacinto Igualador por las facilidades dadas para la elaboración de este artículo y las imágenes que lo ilustran. Gracias a los tres por su desinteresada labor.

Virgen de La Soledad

Amor Divino

La bella y mayestática patrona de los cautivos
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES

De la mano de una embriagadora y esplendorosa primavera, la tradición cristiana nos recuerda año tras año que el florido mayo es el mes de las madres. Momentos de admiración, reconocimiento, regalos y mucho amor a todas ellas en general y a una madre, muy especial, en particular.

En Abánades existe una ancestral y fervorosa devoción por su patrona, la Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes, que se remonta hasta su fundación en el siglo XII de la mano de don Gonzalo Núñez de Lara, noble castellano y destacado miembro de la poderosa Casa de Lara.

Rostro de Nuestra Señora de Las Mercedes de Abánades

Durante siglos, la comarca fue zona defensiva y fronteriza entre los reinos cristianos y musulmanes. De ahí los topónimos de muchas de las localidades vecinas: Torrecuadradilla, Torrecuadrada de los Valles, La Torresaviñán, Torremocha del Campo, etc.

Castillo románico de La Torresaviñán

Nuestra Señora de las Mercedes es una de las advocaciones marianas de la Virgen María, equivalente también a la Virgen de la Misericordia. La preciosa talla que podemos admirar hoy en la ermita del mismo nombre fue adquirida en los años 60 del pasado siglo a un prestigioso taller de imaginería y donada por una de las vecinas.

A nivel iconográfico la Virgen de Las Mercedes de Abánades viste un hábito mercedario: túnica y capa, con el escudo mercedario en el pecho. Otro elemento son las cadenas, símbolo del cautiverio. Tocada con corona de reina y con el cetro en la mano derecha. Sostiene en la izquierda al Niño Jesús, que lleva un escapulario con el escudo mercedario en las manos.

Nuestra Señora de Las Mercedes de Abánades
UN POCO DE HISTORIA

Cuenta la leyenda que en 1218, la Santísima Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco recomendándole que fundara una comunidad religiosa que se dedicara a rescatar a los cristianos que eran capturados por andalusíes, moriscos, turcos y berberiscos y que luego eran vendidos como esclavos o cautivos hasta cobrar rescate.

San Pedro Nolasco, apoyado por el rey Jaime el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort, fundó la orden religiosa de Nuestra Señora de la Merced o de las Mercedes. La palabra merced quiere decir: misericordia, ayuda y caridad.

Interior de la recién restaurada ermita de Nuestra Señora de Las Mercedes

Esta comunidad religiosa lleva muchos siglos ayudando a los prisioneros y ha tenido mártires y santos. Primero en Al Ándalus, parte islámica de la península Ibérica; luego en Túnez, Argelia, el norte de África y el levante mediterráneo.

Para liberar a un cautivo, el mercedario estaba dispuesto a canjearse. Así liberaron a muchos, y así perecieron muchos mercedarios. A Miguel de Cervantes fueron a redimirlo los mercedarios y los trinitarios a una cárcel de Argel. Una vez liberado escribió Don Quijote de la Mancha.

La Virgen de la Merced coronada con el Niño Jesús en brazos

Fue entonces, a partir del año 1259, cuando los padres mercedarios empezaron a difundir la devoción a Nuestra Señora de la Merced (o de las Mercedes), la cual se ha extendido por todo el mundo, calando profundamente en la localidad de Abánades en Guadalajara, durante muchos siglos lugar de intercambio de presos y rehenes.

Las fiestas patronales de Nuestra Señora de las Mercedes, de carácter más lúdico y abierto y dirigidas fundamentalmente a la gente joven, tienen lugar el primer fin de semana de agosto. Mientras que la Virgen de la Merced, como manda la tradición, se celebra el 24 de septiembre en Abánades de una manera más tradicional, religiosa e íntima.

Exterior de la ermita de Nuestra Señora de Las Mercedes de Abánades

La Hoguera de Nochebuena

Detalle de la Hoguera de Nochebuena en Abánades (Guadalajara).
TRADICIÓN MILENARIA

El fuego siempre ha fascinado al ser humano por su belleza y como elemento purificador. La hoguera de Nochebuena es una tradición cuyos orígenes verdaderos se remontan al descubrimiento del fuego. Al principio de los tiempos se trataba de un fuego ritual para celebrar el solsticio de invierno.

La Hoguera de Nochebuena en Abánades (Guadalajara). Fotografía de Alicia Vicente de Mingo.

En la península ibérica, las hogueras de Nochebuena son originarias del norte de Portugal y de Castilla y León. Más tarde, en el siglo IX, fueron implantándose sucesivamente en las tierras arrebatadas a los musulmanes y ocupadas por el noble burgalés Don Gonzalo Núñez de Lara, fundador de las villas de Lara-Nueva y de Abánades.

Castillo románico de La Torresaviñan. Situado en la línea fronteriza entre los reinos cristianos y musulmanes.

Las tierras de la, por entonces, llamada Extremadura Castellana (Guadalajara), fueron ocupadas por campesinos vizcaínos y burgaleses que, procedentes de sus dominios, perpetuaron esta tradición.

Iglesia románica de San Pedro en Abánades (Guadalajara).

Al igual que ocurría en sus orígenes en las Hogueras de San Juan de Alicante o las Fallas de Valencia, los vecinos de Abánades, durante los meses previos a la mágica noche, van guardando y amontonando maderas, cepellones e incluso muebles viejos ya inservibles.

Detalle de la Hoguera de Nochebuena en Abánades (Guadalajara).

Hoy en día, vecinos y visitantes se congregan junto al fuego purificador, sin sufrir los rigores del frío serrano, para intercambiar felicitaciones y cantar villancicos, y de esta manera recibir el “nacimiento del Niño Jesús” en un rito ancestral de origen tan antiguo y desconocido como misterioso. 

Cruz medieval (posiblemente de la Orden de Calatrava) en las proximidades de la Iglesia románica de San Pedro.