Consejos básicos para iniciarse en el MTB

Ocio y deporte para toda la familia
MOUNTAIN BIKE 

El MTB, siglas que corresponden a la disciplina Mountain Bike, nos permite hacer deporte y disfrutar de la naturaleza al mismo tiempo. Desplazarse en bicicleta por infinidad de parajes maravillosos hace que esta combinación de deporte y naturaleza sea una muy buena opción de ocio para mucha gente.

Como en todo deporte, deberemos observar unas reglas básicas para iniciarnos en el mismo. El material que vamos a usar, la seguridad en la práctica del deporte, y la localización y conocimiento del terreno son básicos a la hora de disfrutar del MTB.

Como primera recomendación, hablaremos de la bicicleta que debemos usar. No es necesario desembolsar grandes cantidades de dinero para iniciarse, la recomendación es ir adquiriendo el tipo de material necesario según sea nuestro nivel. Así pues, con una bicicleta de MTB para principiante, como las que tenemos en el Hotel Rural Los Ánades, ya podemos empezar a salir y probar esta actividad. Sería interesante probar siempre la bicicleta en terrenos fáciles y llanos primero y acostumbrarse un poco a ella antes de empezar con las salidas a los senderos o rutas más complicadas.

Bicicletas para principiantes a tu disposición en el Hotel Rural Los Ánades

Aparte de la bicicleta, debemos recordar y llevar con nosotros material de recambio que nos facilite la sustitución de alguna pieza que se pueda deteriorar, por ejemplo material para arreglo de los conocidos pinchazos, hinchador, multiherramienta, etc.

Como segunda regla básica, debemos hablar de la seguridad en la práctica del MTB. El casco es un elemento imprescindible, por lo tanto, aseguraos de llevarlo bien puesto y ajustado, ya que es nuestra protección número uno.

La elección y conocimiento de las rutas también es muy importante para andar seguros. Siempre es recomendable empezar con rutas fáciles e ir conociendo bien el terreno antes de realizar otras rutas más complejas.

Otro aspecto importante es la hidratación y la alimentación, debemos calcular bien el tiempo de ejercicio para ajustar las demandas de agua y comida. Siempre es mejor que te sobre, que no te falte, ya que nos podemos encontrar con la temida «pájara», donde nos flaquean las fuerzas y se nos hace muy complicado continuar con la ruta. Para ello debemos organizar la ingesta de alimentos de tal forma que siempre tengamos energía para continuar.

La última recomendación sería el conocimiento y localización de las rutas que realizamos. Hoy en día existen dispositivos GPS muy avanzados que nos permiten tanto realizar rutas guiadas, como transmitir nuestra localización durante la misma. Si no realizamos la actividad en grupo es muy recomendable comunicar qué ruta vamos a hacer y desplazarnos por zonas conocidas. En el Hotel Rural Los Ánades facilitamos un folleto en el que se recogen algunas sugerencias o rutas para realizar en Abánades y alrededores.

Una de las rutas que proponemos en nuestro folleto. Imagen por cortesía de Javier Igualador

El MTB se disfruta más en grupo y a la vez es más seguro, ya que en caso de imprevisto tenemos a más gente que nos puede ayudar. Lo mejor sería iniciarse con gente que conoce las rutas, tanto la distancia a recorrer como la dificultad de la misma. No hay que tener prisa en aumentar la dificultad de las rutas, se necesita tiempo para aprender bien los conceptos técnicos que nos ayudarán a disfrutar más de este deporte.

Por último, es importante también revisar las condiciones meteorológicas antes de salir, recordad que no somos profesionales y que si el tiempo no acompaña, es mejor dejarlo para otro día.

Un paseo por la historia

Parapeto aspillerado en El Castillo de Abánades (Guadalajara)
VISITA A «EL CASTILLO» DE LOS ESPACIOS HISTÓRICOS DE ABÁNADES

Distancia: 1,4 km (ida y vuelta)

Duración: 45’ (andando)

Dificultad: media-alta

Plano del parque arqueológico de «El Castillo»

Es un recorrido corto pero con cierta dificultad debido a la orografía del terreno con constantes subidas y bajadas. Merece la pena su visita por la proximidad al Hotel Rural Los Ánades y por su alto valor histórico. Si decidís subir con niños, os recomendamos no desviaros del camino trazado y acompañarlos cogidos de la mano en todo momento.

“El Castillo” es un parque arqueológico de gran valor histórico en proceso de catalogación y restauración. Por ello, cuando lo visitéis, os rogamos seáis respetuosos con el entorno, sigáis el recorrido trazado y respetéis la señalización.

Comenzamos el recorrido subiendo a la iglesia del pueblo donde veremos un gran panel informativo e inmediatamente carteles indicadores.

Panel informativo al inicio de la ruta

La importancia estratégica del enclave de “El Castillo” residía en su dominio del valle del Tajuña y el control de las vitales vías de comunicación. El pueblo quedó prácticamente destruido al finalizar la guerra, entre la línea republicana y nacional.

Como complemento a la línea de trincheras que circunda el cerro, podemos ver un impresionante parapeto de piedra que proporcionaba protección a los combatientes que lo ocupaban y, a su vez, una posición dominante desde la que poder disparar.

Unos metros antes podemos observar los restos de dos pozos de tirador, donde los soldados provistos con armas automáticas y granadas de mano, cubrían el frente y dificultaban los ataques del enemigo.

Como dramática anécdota, la cruz señala el lugar donde fue abatido un oficial del Ejercito Nacional por un francotirador del Ejercito Republicano, coloquialmente llamados «pacos». Posiblemente el disparo se realizó desde las posiciones de «El Rondal», donde hoy podemos ver instaladas unas antenas.

El brigada Augusto Gómez del Batallón de Gerona murió en este mismo lugar

A lo largo del primer tramo de nuestra visita a «El Castillo» apreciamos una sucesión de parapetos ubicados de forma escalonada y en zig-zag. Todos ellos dotados de mirillas de fusilería y nidos de ametralladoras (con su peculiar mirilla en forma de abanico) estratégicamente enclavados para cubrir las vías de comunicación.

De la misma forma y en la misma cantidad, hacia en interior del cerro, podemos ver los restos de varios refugios o abrigos. Éstos, casi siempre, eran obra de los mismos soldados de la posición y eran utilizados como habitáculo para descansar, dormir y resguardarse mientras no se efectuaban labores de vigilancia en los puestos mas adelantados.

Llegamos a la zona más espectacular del recorrido, por la gran concentración de restos y su buen estado de conservación. A la derecha podemos ver un nido de ametralladoras con un amplio control visual del valle del Tajuña. Dada su ubicación, de espaldas al frente, su función era prevenir que las tropas se vieran copadas por la retaguardia y proteger y cubrir también el relevo de soldados, la llegada de suministros y la evacuación de heridos.

Nido de ametralladoras

Dejando unos contrafuertes a la izquierda y subiendo por «Las Escalerillas de Franco», como la denominan los abanadienses, llegamos a la altura máxima del cerro, 1086 metros.
Aquí podemos intuir, a pesar de la erosión, las trincheras en zig-zag que comunican con un gran abrigo que, bien camuflado por su posición estratégica, debió ser un importante centro de observación.

Bajando por la escalera, inmediatamente a nuestra izquierda, nos encontramos con un parapeto para fusilería en perfecto estado de conservación. Solo le faltan los maderos y los sacos terreros que se utilizaban como techumbre.

Parapetos de piedra

Más adelante, después de dejar a nuestra izquierda varios parapetos de piedra, llegaremos a un mirador con barandillas de madera. Si nos asomamos, con mucho cuidado, veremos en el fondo del valle una gran mole de piedra con forma de tanque.

Después de este descubrimiento tan singular y siguiendo las indicaciones físicas, se regresa por la vereda del río Tajuña hasta el Hotel Rural Los Ánades. Os recomendamos complementar esta ruta con una relajante y enriquecedora visita al Museo Histórico Municipal.

Sendero de regreso al hotel

Taller Infantil de Cometas

Primeras prácticas de vuelo
UNA EXPERIENCIA PLENA

Prácticamente todos los sábados, de 12:00 a 14:00 horas o de 17:00 a 19:00 horas (si cubrimos el número de plazas en horario de mañana), celebramos un taller de montaje, decoración y vuelo de cometas muy completo. La actividad está especialmente indicada para niños y niñas de entre 6-7 años y 14-15 años.

Para ofrecer una experiencia de calidad, el número de plazas está limitado a 6 niños y niñas por actividad. Nuestro monitor especializado, con o sin padres, pondrá en marcha dinámicas de juegos al mismo tiempo que se desarrolla la actividad. Los materiales necesarios, cometas y pinturas, los facilita el Hotel Rural Los Ánades.

Una experiencia plena para celebrar la primavera y el verano

El montaje y decoración de las cometas tendrá lugar, por espacio de una hora, en los jardines del Hotel Rural Los Ánades. Después de la motivación y la didáctica en los principios básicos implicados en el vuelo, impartida por nuestro monitor, haremos una pequeña ruta hasta llegar a un descampado donde iniciaremos las prácticas de vuelo.

La actividad es un divertido juego de aprendizaje que combina física, historia, tecnología y arte, ya que los pequeños aprenden lo que es una cometa, su montaje, descubren la fuerza del viento y cómo utilizar dicha fuerza en beneficio propio. Además, dan rienda suelta a su imaginación con la decoración y personalización de la cometa.

Los valores que transmite la actividad son sociales, ya que comparten la experiencia con otros niños y niñas, se concentran, asumen responsabilidades, se esfuerzan, etc. Como antaño lo hacían nuestros padres y abuelos, ellos fabricarán sus propios juguetes. Luego, pondrán sus sueños a volar en un entorno rural y natural donde inevitablemente les inculcaremos la importancia del respeto por el medio ambiente.

En Abánades los sueños vuelan

Al finalizar la actividad les haremos entrega, a todos ellos, de un diploma acreditativo de “Piloto de Cometas” para poner broche final a una actividad que no olvidarán jamás.

Para obtener una información más detallada de la actividad puedes contactar con la Srta. Mayte García Vilches, llamando al teléfono 608 72 05 18 o escribiendo al correo electrónico reservas@losanades.com

Ruta del río abajo hasta el Antiguo Truchero

Descubre los secretos que guarda el río Tajuña
PARAISO ESCONDIDO

Distancia: entre 8,6 km y 15,5 km (ida y vuelta)

Duración: entre 2 h. y 3:45 h. (andando)

Dificultad: media

Mapa de la ruta

Se sale del hotel por la calle principal, la Calle Real, hacia la carretera por la que hemos llegado a Abánades. Cuando llegamos a La Picota, plaza donde está el bar y que está atravesada por la carretera, tomamos esta última en dirección a la A2. Bajamos hacia el Puente Grande y, nada más cruzar el mismo, cogemos el camino que sale a nuestra izquierda y baja hacia el río.

Este camino nos lleva en paralelo al Río Tajuña, pasando bajo un arco sobre el que discurre un canal de riego hasta un lugar en el que el camino gira 90º a la derecha hacia arriba y luego vuelve a hacerlo otros 90º hacia la izquierda para continuar la dirección del río. Un poco más adelante, veremos que salimos a otro camino que también lleva el sentido del río y que nos va a acercar a una finca grande, que en un futuro será un establo de caballos y alojamiento rural tipo Casas de Labranza. El camino bordea la finca por la parte de arriba de su valla de piedra y, llegando al final de la misma, donde hay un “fondo de saco” del camino, tras subir un pequeño escalón, pasa a ser una senda.

El río Tajuña

A unos 200 m se acaba la valla. Enseguida veremos el cauce de un barranco, El Sargal, que en algunas épocas del año, normalmente a finales de invierno o comienzos de primavera, nos puede impedir continuar porque baja con abundante caudal de agua. Lo atravesamos por un par de bajadas que hay, y más bien hacia la izquierda, hacia el río, comienza una senda que se adentra en el monte (pero sin dejar de ver el río). Estamos en la zona más bonita del recorrido. Aquí será fácil encontrar en temporada, diversas clases de setas y hongos (la mayoría no comestibles). Igualmente podremos ver algún animal que baja al río a beber. Estamos en terreno de corzos, venados y jabalíes.

Serpenteando por la senda, dejaremos a nuestra derecha unas ruinas de construcciones de pastores situadas justo debajo de una gran roca manchada de negro por las fogatas, que en tiempos se hicieron debajo. Pronto empezaremos a oír el relajante murmullo del agua que salta la presa y que, mediante un canal que también veremos, suministraba agua a las piletas donde se criaban las truchas. Lo dejamos atrás y llegaremos a una bajada en zigzag entre unas rocas que nos adentra en un pequeño “túnel vegetal”. Al salir, pasamos justo al lado del antiguo canal y empezamos a ver las piletas abandonadas: ya estamos en el Antiguo Truchero.

El río Tajuña

Al pasar entre dos rocas, tomamos la senda de la derecha que pasa por debajo de unas colmenas abandonadas y nos lleva a la entrada de la casa de los guardeses, también abandonada. Podemos avanzar por el camino que allí comienza, ahora ya más ancho, que nos lleva a una arboleda de chopos y un puente que representa el final de esta ruta y el punto de referencia de otras. Una de ellas es la que lleva al Molino de la Julia, al que llegaremos continuando el camino ancho, sin cruzar el puente, y desviándonos del mismo a unos 600 m cogiendo el camino de la izquierda que sigue el curso del río.

El molino de la Julia

Poco a poco vamos descendiendo hasta situarnos casi al nivel del río. La zona es de gran belleza y en ella podemos ver nutrias, garzas o patos con cierta facilidad. Pasada la zona más angosta, el valle se abre un poco y veremos un camino que baja por nuestra derecha, que nos llevará, pasando al lado de unas grandes rocas al citado molino, en cuya huerta, situada frente al mismo, deben observar una impresionante noguera seca que, por sus formas, seguro refiere alguna leyenda de la zona (prometemos investigarla).

La vieja noguera seca

El camino de regreso se hace exactamente por el mismo recorrido que el de ida.

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