Bastión de Don Juan Manuel

Dando un pequeño paseo desde el casco histórico llegamos al Cerro Testigo
CASTILLO DE CIFUENTES

A solo 25 minutos de Abánades y viajando por las carreteras GU-928 y CM-2021 llegamos a Cifuentes. Aunque su principal joya es el castillo, esta villa medieval nos ofrece una amplia oferta turística: el encanto rural de su plaza mayor, sus calles empedradas, su iglesia, su convento y un ambiente tranquilo que invita a pasear y explorar. El castillo se alza majestuosamente sobre el Cerro Testigo desde donde puedes disfrutar de unas preciosas vistas panorámicas.

El imponente castillo del Infante Don Juan Manuel en Cifuentes

LA FORTALEZA

Según la crónica escrita por Don Juan Manuel, el castillo comenzó a construirse en abril de 1324 sobre los restos de una alcazaba árabe (aunque las excavaciones arqueológicas no han hallado restos de dicha época) y durante siglos ha pertenecido a sus herederos. Pasó a Don Álvaro de Luna que lo cedió a Juan de Silva, primer Conde de Cifuentes. Cuenta la leyenda que aquí nació la princesa de Eboli, aunque lo más probable es que lo hiciera en el desaparecido palacio que su padre poseía en el casco histórico. Perteneció hasta el siglo XIX a la Casa Ducal de Pastrana hasta su adquisición por el ayuntamiento de Cifuentes, que ha llevado a cabo varias restauraciones.

El castillo en los años cincuenta del pasado siglo. Cortesía de la Oficina de Turismo de Cifuentes

Sus imponentes torres cilíndricas y almenas destacan en el horizonte, mostrando su esplendor arquitectónico. Esta fortaleza medieval cumplía funciones tanto defensivas como residenciales. Su diseño refleja la adaptación de las construcciones de la época a las necesidades de la nobleza. Sus muros y torres fueron testigos de batallas y acontecimientos históricos, mientras que su interior albergó a importantes figuras de la nobleza y la realeza española.

Accedemos al patio de armas del castillo a través de dos puertas situadas en zigzag

El castillo es de planta cuadrada y tiene cinco torres: cuadradas, circulares y pentagonal la del homenaje. Sobre la puerta de acceso permanece aún el escudo de Don Juan Manuel, dos brazos alados con espadas y dos leones. Un arco apuntado, en la puerta de la torre del homenaje, da acceso a la estancia con bóveda de piedra y nervios que se cruzan en su centro. La escalera de caracol, al fondo, da acceso a la planta superior, con bóveda de ladrillo mudéjar.

La Torre del Homenaje del castillo, desde el exterior, ya consolidada y en proceso de restauración

El Castillo de Cifuentes es un importante testimonio de la historia de la región y una visita obligada para los amantes de la arquitectura medieval y la historia de España. Sus imponentes dimensiones y su ubicación privilegiada lo convierten en un lugar fascinante para sumergirse en el pasado y disfrutar de la belleza arquitectónica. Explorar sus estancias y caminar por sus muros permite adentrarse en la historia y revivir el esplendor de una época pasada.

Cuenta la leyenda que esta puerta daba acceso a un pasadizo subterráneo por el que se podía llegar hasta Cifuentes

DON JUAN MANUEL

Don Juan Manuel nació en Escalona en 1282 y murió en Córdoba en 1348. Miembro de la Casa Real, nieto de Fernando III el Santo, fundador de la Escuela de Traductores de Toledo, y sobrino de Alfonso X el Sabio era el prototipo de caballero medieval, dedicado por igual a la guerra y a la actividad literaria de la que fue uno de los principales representantes de la prosa medieval de ficción. Fiel reflejo del modo de vivir de los caballeros de la baja Edad Media.

Vistas de la villa de Cifuentes desde el castillo del Infante Don Juan Manuel

Fue uno de los hombres más cultos de su época y contribuyó de forma importante a dar un impulso decisivo a la prosa castellana. Basándose en fuentes latinas, creó una obra personal, de intención didáctica y gran unidad lingüística y estilística. Sus obras iban dirigidas a formar a los jóvenes caballeros nobiliarios, instruyéndolos en una moral práctica destinada a darles recursos para desenvolverse en la vida de la corte.

La monumental espadaña de la Iglesia de Santo Domingo

Criticado por dedicarle más tiempo a las letras que a la espada, visionario y prolífico autor de obras como el Libro del Caballero y el Escudero y El Libro de los Estados, en el que ofrece una visión de como debía ser la sociedad ideal en el siglo XIV. Aunque su libro más conocido y reconocido es El Conde Lucanor o Libro de Patronio, que no es otra cosa que una colección de cincuenta y un cuentos de una narrativa fundamentalmente didáctica.

Primera página del manuscrito del Conde Lucanor. Biblioteca Nacional de España

Entre los cuentos destacan el del sueño mágico de don Illán, que inspiró una comedia a Juan Ruiz de Alarcón; el de Doña Truhana, precedente de la fábula de la lechera; el de los tejedores que hicieron al rey un paño invisible, utilizado por Miguel de Cervantes en el Retablo de las maravillas, y el del mancebo casado con una mujer brava, que sirvió de tema a La fierecilla domada de William Shakespeare.

Otra de las fabulosas vistas que nos ofrece el castillo del Infante Don Juan Manuel

Puedes participar en las visitas guiadas que organiza el Ayuntamiento de Cifuentes todos los domingos de junio. Son gratuitas y el único requisito es estar presente en la puerta del castillo a las 10:00 horas. Para obtener una información más detallada de las actividades culturales y de turismo histórico que te ofrece la comarca del Alto Tajuña puedes contactar con la Srta. Mayte García Vilches, llamando al teléfono 608 72 05 18.

Visita guiada organizada por la Oficina de Turismo de Cifuentes

Esplendor medieval

El espectacular e imponente palacio y fortaleza de los obispos de Sigüenza
CASTILLO DE SIGÜENZA

A solo 35 minutos de Abánades y viajando por las carreteras GU-928 y GU-118 llegamos a Sigüenza, uno de los núcleos medievales más bellos y mejor conservados de toda España. Su espectacular y sobrio castillo, que domina la ciudad no muy lejos de las corrientes del río Henares, es hoy Parador de Turismo. Su visita es libre, quedando restringida solo la zona de habitaciones de los clientes, y nos permite conocer esta enorme fortaleza erigida en el siglo XII que fue residencia permanente de los obispos hasta mediados del siglo XIX.

El castillo después de su restauración en los años 70 del pasado siglo. Fotografía: Archivo General de la Administración
DE OBISPOS GUERREROS

El castillo de Sigüenza está situado en el mismo emplazamiento que eligieron los romanos para asentarse en el lugar. Es de origen árabe, con una planta irregular y fuertes muros de cortina reforzados con torreones de planta cuadrada situados en los ángulos y en el centro de los lienzos. En la parte central de la planta encontramos un amplio patio, rodeado de edificaciones creadas a partir de 1124, fecha en que el Obispo Don Bernardo de Agén lo conquistara, utilizándolo él y sus sucesores como residencia episcopal.

Vistas de las murallas del castillo desde el interior de una de las torres

El Obispo Don Simón Girón de Cisneros realizó obras de importancia a comienzos del siglo XIV. Entre ellas, levantó la original puerta principal flanqueada por dos cubos con matacanes y abrió la del lienzo occidental sobre el foso con su puente levadizo. En el castillo residió confinada durante cuatro años la Reina Doña Blanca de Navarra, repudiada por Don Pedro I de Castilla, apodado por unos “el cruel” y por otros “el justiciero”, víctima de las conspiraciones y las malas artes. En recuerdo de estos tristes hechos históricos se celebra todos los años una espectacular fiesta medieval en Sigüenza.

Estado en el que se encontraba la puerta principal a principios del siglo XX. Fotografía: Archivo General de la Administración

A la magnificencia del Cardenal Mendoza, al ser nombrado obispo de Sigüenza, se deben la mayor parte de las obras en la catedral, no faltando su iniciativa en la fortaleza ya que en su tiempo se construyó la barbacana, mejoró el palacio cubriendo las estancias con artesonados y cuidó del alojamiento de los hombres de armas. Durante la Guerra de Sucesión fue ocupado por los dos bandos, residiendo en él el Archiduque Don Carlos.

Interior del castillo de Sigüenza durante la celebración de una feria de de antiguedades

Más adelante, durante el episcopado de Don Juan Díaz de la Guerra, de 1777 a 1801, se realizaron obras de reforma en el palacio ampliándolo y dotándolo de los oficios del provisorato y otras dependencias de la sede. En la Guerra de Independencia sufrió grandes daños, perdiendo los artesonados y gran parte de sus riquezas. Reparado por los prelados, especialmente por el Obispo Vejerano, fue residencia episcopal hasta mediados del siglo XIX en que se trasladó a la antigua universidad.

Gracias a la magnífica restauración acometida en 1970 podemos apreciar hoy su espíritu altomedieval

Finalmente fue Cuartel de la Guardia Civil hasta la Guerra Civil española, en que fue utilizado como cuartel por el Ejército Popular Republicano. Sufrió graves daños durante el conflicto debido a los constantes bombardeos de aviación y artillería durante la Batalla de Sigüenza en 1936. Destruido y posteriormente abandonado se convirtió en cantera para nuevas construcciones, además de perder valiosos elementos como rejas, azulejería, tallas y demás objetos de valor.

Portada del primer proyecto de derribo y desescombro de la Dirección General de Regiones Devastadas
RECUPERANDO LA HISTORIA

En 1963 se presenta el primer proyecto de las obras de conservación urgentes que precisaba el castillo, principalmente en la puerta principal cuyo estado era de ruina inminente y exigía una rápida consolidación. Se procede al picado y saca de escombros en la puerta y en la zona conservada de la capilla. En la puerta se suprimen los muros añadidos para cuadras y dependencias del cuartel, obras sin ningún valor artístico y que afean el conjunto.

La puerta principal en los planos del primer proyecto de rehabilitación del castillo. Ilustración: Archivo General de la Administración

La consolidación de la puerta se proyecta recalzando por puntos los torreones en sus cimientos y zonas bajas que estaban reventados. La puerta de sillería, estaba parcialmente perdida y se proyectó su reconstrucción, tanto exterior como interiormente, completándose con las guarniciones de piedras en las ventanas. Con obras complementarias se proyecta sustituir los forjados de los torreones, solando las terrazas con baldosa especial y completando las almenas.

Detalle nocturno del lienzo de la muralla donde se encuentra el acceso principal del castillo de Sigüenza

Sin embargo, la restauración que dejó el castillo tal y como lo conocemos en la actualidad fue iniciada en 1970 y concluida en 1976. Dirigida por el arquitecto J.L. Picardo por encargo del Ministerio de Información y Turismo se basó en antiguos planos cotejados con los restos que quedaban en pie. La inauguración oficial del Parador Nacional de Turismo tuvo lugar en 1978 con la visita del rey Juan Carlos I y la reina Sofía.

Una de las galerías de los patios interiores del castillo de Sigüenza

A través de Sigüenza Visitas Guiadas podrás conocer los secretos de una de las fortalezas mas importantes de España. Víctor y Jorge, sus responsables, son dos buenos amigos colaboradores del Hotel Rural & Spa Los Ánades con los que compartimos filosofía, objetivos y amor a nuestra tierra. Puedes contactar con ellos y reservar una visita guiada y personalizada a través de su web www.visitasguiadassiguenza.es

Detalle de uno de los grandes salones de los que dispone el castillo, hoy Parador Nacional de Turismo

Para obtener una información más detallada de las actividades culturales y de turismo histórico que te ofrece la comarca del Alto Tajuña puedes contactar con la Srta. Mayte García Vilches, llamando al teléfono 608 72 05 18.

Cartel de la feria medieval que tuvo lugar el pasado año. Este año 2023 se celebrará el 7, 8 y 9 de julio

De piedras y enigmas

Curioso símbolo solar sobre el dintel de una de las casonas de Abánades
EL LENGUAJE OCULTO DE LAS PIEDRAS

Cuenta la leyenda que una anciana, despechada por no haber sido invitada a una boda, envenenó como venganza el pozo de agua del pueblo, matando a todos los habitantes. Relato este muy repetido entre los castellanos para explicar la pérdida de población y abandono de pueblos como San Llorente, situado en un altozano junto a la Fuente del Chorrillo en Abánades.

Fuente del Chorrillo, junto al despoblado de San Llorente

Desde el siglo XVII aproximadamente, sus ruinas han sido utilizadas como cantera por los abanadienses, sobre todo después de la devastación sufrida durante la guerra civil. Y muchas de sus extrañas piedras, junto a las originarias de Abánades, han acabado en los muros y paredes de sus viviendas: estelas funerarias discoideas, símbolos solares, lápidas, estrellas de compás, etc.

Estela discoidea junto a la iglesia románica de San Pedro

Estas últimas son muy habituales en el entorno rural: la estrella de compás es un símbolo que representa la eternidad. Se empezó a utilizar en tiempos de los celtas hasta el medievo, en las sepulturas y como ornamentación en los dinteles de las fachadas. Mientras, las abundantes cruces sobre los dinteles de casas y establos protegían de las enfermedades, maldiciones y, sobre todo, del mal de ojo.

Estrella de compás labrada sobre una de las lápidas del viejo cementerio

De entre todos estos pétreos recuerdos de la antigüedad, cabe destacar la pieza heráldica fechada en 1586 que podemos observar en los muros de una casona reconstruida ubicada frente al Juego de Pelota. A pesar de los decretos y leyes que protegen este tipo de piedras, consideradas hoy en día Bienes de Interés Cultural, nunca han sido inventariadas por el Ayuntamiento de Abánades.

Un misterio sin resolver que desconcierta a los expertos

El año en que se labró esta piedra, para que os situéis en el tiempo, gobernaba España el rey Felipe II y estábamos en plena guerra con Inglaterra. Con la inestimable ayuda del pirata Francis Drake los ingleses invaden y saquean durante un mes la ciudad de Santo Domingo. Mientras, en el ámbito cultural, el Greco comenzaba su famoso cuadro “El entierro del Conde de Orgaz”.

Con Felipe II, la monarquía española llegó a ser la primera potencia de Europa y el Imperio español alcanzó su apogeo.

El escudo, curiosamente invertido, contiene tres figuras: panela, caldera y un báculo en barra. La caldera era el símbolo de los hombres ricos en la Alta Edad Media y más tarde, de poder y riqueza. Sin embargo, la panela, muy utilizada en los armoriales españoles, se suele asociar a los Mendoza. Por otra parte, el báculo, unido a la mitra, está asociado a las armas de las autoridades eclesiásticas.

Al voltear la imagen para que la boca del escudo esté en su sitio, las figuras quedan invertidas

Desconocemos si la piedra es originaria de Abánades o proviene del despoblado de San Llorente. Ni en el Nomenclátor del Obispado de Sigüenza ni en las crónicas de Francisco Layna Serrano se hace referencia a ella. Lo que sí es cierto es que Don Gonzalo Núñez de Lara, noble burgalés fundador de Laranueva y Abánades, portaba en su escudo de armas dos calderos.

Escudo de armas de Don Gonzalo Núñez de Lara

No se sabe por qué el escudo está invertido, aunque hay una tesis razonable. Descartado el luto o un error del cantero, todo apunta a que fuera un caso de armas difamadas, infamadas y descargadas. Se llama así cuando el soberano, por causa de algún crimen, vilipendio, bajeza o infamia, imponía por castigo al culpable una modificación o corte vergonzoso en su escudo de armas.

Una de las muchas cruces protectoras que podemos ver en Abánades integrada en un muro

Desde este foro animamos al consistorio de Abánades a realizar un inventario de estos tesoros patrimoniales y, si es posible, señalizarlos para disfrute de tod@s. Si precisas información más detallada de las actividades culturales y de turismo histórico que te ofrece la comarca del Alto Tajuña puedes contactar con la Srta. Mayte García Vilches, llamando al teléfono 608 72 05 18.

¿Un ángel exterminador en una de las lápidas del viejo cementerio?