La Casa de Piedra

Dormitorio principal de la Casa de Piedra de Alcolea del Pinar
UN MONUMENTO ÚNICO EN ESPAÑA

A solo 29 minutos de Abánades y viajando por la carretera GU-928 y la autovía A-2 llegamos a Alcolea del Pinar, un precioso pueblo situado junto a la antigua Carretera de Francia en un legendario y estratégico cruce de caminos que une Zaragoza, Guadalajara, Molina de Aragón y Sigüenza. Paseando relajadamente por sus callejas, de camino al fascinante lugar que inspira estas letras, visualizamos rápidamente el abandono al que el medio rural parece estar abocado sin que nadie lo remedie.

Para iniciar la visita guiada debemos llamar a uno de los dos teléfonos que encontraremos en el portal de entrada

Llegamos por fin a La Casa de Piedra, uno de esos lugares únicos en España a los que los folletos turísticos apenas prestan atención obviando incomprensiblemente su existencia, quizá porque representa esos valores tan en desuso hoy en día como el sacrificio, la perseverancia, el esfuerzo y la disciplina. Llamamos a uno de los dos teléfonos que vemos en la puerta y a los tres minutos se presenta Rafael Vigil, uno de los tataranietos de Lino Bueno, artífice de semejante obra, que deja sus labores y orgulloso nos abre y nos guía.

Pasillo de entrada a la vivienda desde el interior

Lino Bueno Utrilla alternaba su trabajo en la construcción con labores de pastoreo. A pesar de trabajar duro, los ingresos no eran suficientes para adquirir una vivienda para su familia, por lo que en 1907 decidió solicitar al alcalde la titularidad del peñasco con el objetivo de crear en su interior una estancia. El alcalde, tachándolo de loco, le dio permiso considerando la misión imposible. A sus 55 años empieza a horadar la piedra después de su jornada de trabajo, casi siempre de noche, y en siete años tiene habitable la primera estancia.

Vista general de la alacena desde la chimenea

La gigantesca roca está formada de arenisca blanda y de un durísimo granito, por lo que ni corto ni perezoso Lino decide utilizar dinamita para avanzar más rápido. Al ver que la piedra se agrietaba, nuestro héroe se crece con la adversidad, se arma de paciencia y vuelve a utilizar el pico. Poco a poco, pico a pico, y en base a las necesidades de su familia y a la “dirección de obra” que ejerce su mujer, va creando una cocina con alacena, el fregadero, la chimenea (excavada de abajo hacia arriba según nos narra Rafael Vigil) y, descendiendo unos escalones, una cuadra con excusado incorporado y salida al exterior.

La cuadra fue última de las estancias excavadas en la planta inferior

Al agotarse el espacio en la planta inferior, Lino decide crear una segunda planta en la roca. Frente a la cuadra y junto a la cocina empiezan los escalones que conducen al segundo nivel donde hoy podemos ver un dormitorio muy completo. Ya anciano, falleció el día después de estar trabajando en unas escaleras con las que pretendía acceder a un tercer nivel. 22 años tardó en construir todas las estancias de una obra que, a día de hoy, está considerada la mayor edificación cavada en roca viva por una única persona, reconocida como tal en los Record Guinness.

Nuestro héroe junto a su mujer y su hija en una imagen tomada en los años 5o del pasado siglo. Archivo General de la Administración
MEDALLA AL MÉRITO EN EL TRABAJO

Después de más de dos décadas trabajando en la roca, el ayuntamiento incumple su promesa de otorgarle la propiedad de la misma. Pero su obra alcanzó tal notoriedad en la época, que la injusticia llegó a oídos del Gobierno de Primo de Rivera hasta el punto de que este, el Rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia visitaron la casa el 5 de junio de 1928. El gobierno le concedió al año siguiente la medalla al mérito en el trabajo, en su modalidad de bronce. Lino Bueno no sabía leer ni escribir, por lo que nunca recibió la asignación económica correspondiente. Sin embargo, las propinas de turistas y curiosos le proporcionaban unos dineros que le permitían vivir sin tantas privaciones.

Las placas conmemorativas de la fachada nos recuerdan las visitas reales de Alfonso XIII y Juan Carlos I

Como curiosidad, mientras Lino y su esposa habitaron en ella, la casa no dispuso de luz eléctrica. Esta fue introducida durante la guerra civil española por los soldados del Corpo di Truppe Volontarie italiano, que la utilizaron como polvorín. Muchos de los vecinos, que tacharon de loco al bueno de Lino, también aprovecharon la casa como refugio para resguardarse de los bombardeos que padeció la población. La casa suele mantener una temperatura estable todo el año de 15 a 16 grados, con una baja porosidad, que la haría inhabitable por humedad y ha estado habitada hasta 1990. 

En agradecimiento a la Casa Real los recuerdos de la misma están presentes en todas las estancias

La visita a la casa de piedra puede realizarse en un amplio horario llamando a uno de los dos teléfonos que podéis ver en la puerta, siendo la entrada gratuita. Sólo se acepta la voluntad del visitante para el mantenimiento de la vivienda y la disponibilidad de sus propietarios. Como tantos y tantos bienes patrimoniales, esta vivienda única no recibe subvenciones, ni apoyo de institución alguna. Hoy en día, son los familiares de Lino Bueno (en nuestro caso, un tataranieto) los que la muestran y nos guían por sus estancias, lo que hace que sintamos más de cerca la historia de esta fascinante casa y de las personas que la habitaron.

Detalle del retrato de Lino Bueno Utrilla que podemos ver en el interior de su casa

Para obtener una información más detallada de las actividades culturales y de turismo histórico que te ofrece la comarca del Alto Tajuña puedes contactar con la Srta. Mayte García Vilches, llamando al teléfono 608 72 05 18.

Uno de los picos que utilizó el protagonista de este artículo para horadar la roca